LA RESILIENCIA COMO INSTRUMENTO TERAPÉUTICO
Originariamente, el concepto Resiliencia proviene del latín “resiliere”, que significa “volver a entrar saltando” o “saltando hacia arriba” (Melillo y Suárez Ojeda, 2001). Estos mismos autores referían que si buscamos el significado en la física, la resiliencia viene de “resilio”, que quiere decir “volver al estado original”, refiriéndose a los materiales de volver a su forma inicial cuando son forzados a deformarse.
Asimismo, este concepto se ha generalizado de forma metafórica y práctica en el ser humano, como un significado totalmente real, ya que las personas que padecen situaciones adversas y traumáticas son capaces de transformar este sufrimiento en aprendizajes positivos y reales. En este artículo se explica cómo convertir este sufrimiento en Resiliencia a partir del trabajo terapéutico.
«La Resiliencia es aprender a derrumbarse sin rendirse, es aprender a explotar sin quemarse«.
-Janet Autherine-
Tenemos el vivo ejemplo en la persona y psiquiatra: VIKTOR FRANKL, que vivió en “primera piel” el genocidio nazi en los campos de exterminio. De estas experiencias escribió y fundó su escuela terapéutica, y uno de sus libros que os recomiendo: “El hombre en busca de sentido” (1981), explica precisamente estas reflexiones de la Resiliencia del ser humano. Y cómo de las mayores atrocidades vividas, la persona puede hacer cambios de transformación muy positivos.
También podemos observar el ejemplo de Claudia, que realizó un profundo proceso terapéutico nos lo explica de la siguiente manera en “Viaje al interior de uno mismo” (Espel, G., 2014).
“La transformación de mi vivencia traumática en experiencia positiva me condujo a ser una resiliente, con todos los aprendizajes vividos de forma positiva y con plenitud, que posteriormente se van transmitiendo de forma natural y espontánea a los otros”.
-Claudia-
¿EN QUÉ CONSISTE TRANSFORMARSE EN PERSONA RESILIENTE?
BÁSICAMENTE, PODRÍAMOS DECIR QUE LA RESILIENCIA CONSISTE EN QUE PRIMERO LA PERSONA HAYA SUFRIDO ALGÚN TIPO DE TRAUMA O ADVERSIDAD, Y POSTERIORMENTE HAYA PODIDO SUPERAR LOS SUCESOS ESTRESANTES DE FORMA POSITIVA, CONVIRTIÉNDOLOS EN “PUROS APRENDIZAJES POSITIVOS». EN LA MAYORÍA DE PERSONAS ESTOS TRAUMAS EMOCIONALES CAUSAN «UN ANTES Y UN DESPUÉS» EN SUS VIDAS.
Las consecuencias de estas adversidades pueden variar en función de las personas. En algunos casos pueden sentir un malestar e insatisfacción (consciente o menos consciente…), de forma repetida y de larga duración. Y que según cómo, les puede generar trastornos afectivos y otros problemas mentales más cronificados.
«Usa el dolor como una piedra en tu camino, no como una zona para acampar»
-Alan Cohen-
A continuación, A TRAVÉS DE UN PROCESO TERAPÉUTICO PROGRESIVO DE TRABAJO CONSCIENTE, IMPLICA TRES PASOS/FASES, PARA QUE LA PERSONA PUEDA TRANSFORMAR ESTE DOLOR Y SUFRIMIENTO EN UN APRENDIZAJE POSITIVO.
Así pues detallamos en general cómo se realiza esta transformación a nivel terapéutico. Puede variar su proceso en función de cada persona y de sus variables específicas:
A).- LA REVIVENCIA DE LA SITUACIÓN ADVERSA. Para dar paso al sentimiento consciente de las vivencias asociadas a la «situación traumática». Aunque inicialmente la persona pueda percibir mucho dolor porque es volverlo a experimentar todo como si hbiera pasado ayer mismo, después este paso vivencial a nivel terapéutico, facilita muchísimo la elaboración de los dos pasos siguientes.
B).-EL CONOCIMIENTO Y LA COMPRENSIÓN COGNOSCITIVA DEL HECHO EN SÍ MISMO. Es importante realizar una revisión más racional y reflexiva sobre la situación y desde todas las perspectivas. Cuando se produce un «shock emocional», la percepción del hecho en sí mismo se magnifica en todos los sentidos. Ya que si se realiza un análisis más objetivo, es más fácil que se llegue a una mayor comprensión de lo que realmente pasó. Y este mecanismo facilita la elaboración del posterior componente.
C).-LA INTEGRACIÓN Y «DIGESTIÓN EMOCIONAL». En la medida que se va analizando y dialogando de las reacciones sucedidas y de las consecuencias manifiestas, se va haciendo más consciente y aumentando el grado de aceptación y «digestión emocional» del hecho traumático. Cuando ya se produce una aceptación del hecho traumático en sí mismo, la persona ya ha realizado una transformación de la percepción negativa de la situación en aprendizajes positivos. Y estos suelen aportar a la persona unas vivencias más de tipo espiritual, aunque pueden ser muy singulares en función de cada una/o.

A continuación expongo un DIÁLOGO REAL DE UN TESTIMONIO QUE HIZO CONMIGO EL PROCESO TERAPÉUTICO (se encuentra en mi primer libro: «Viaje al interior de uno mismo», 2014); y cómo Daniela a partir de un problema de salud realizó un proceso de crecimiento personal, que la convirtió en una persona plenamente resiliente y con sus propios aprendizajes positivos adquiridos.
Si os parece es preferible que nos lo explique ella misma:
-Gemma- Terapeuta: -«¿Cuál es el motivo o motivos que te trajeron a venir a consulta terapéutica?».
-Daniela: -«Acudí por un infarto que me causó un trauma muy agudo, y que me arrastró otros traumas que tenía y que casi desconocía o tenía muy escondidos. Debo reconocer que no confiaba en recuperarme ni tenía confianza en que la terapia me ayudase, pues siempre había sido miedosa ante la vida y ante las vicisitudes».
-Terapeuta: -«¿Qué objetivos crees que conseguiste al acabar la terapia y que no tenías cuando empezaste?».
-Daniela: –«Objetivos, los conseguí todos: ser positiva en todo y superarlo cuando bajaba la guardia. Autocontrol sobre mí misma y en mi negatividad. Conseguí perder los miedos y enfrentarme a ellos. Tenía 48 años, dejé de sentirme inútil por estar enferma y no poder trabajar, ya no suponía un trauma. Ahora era una oportunidad para poder disfrutar más del tiempo que tenía para poder vivir el día a día, y poder compartir con los demás mi positividad».
-Terapeuta: -«¿Qué has aprendido de la terapia que todavía utilices en la actualidad?».
-Daniela: -«De esta terapia aprendí a valorarme a mí misma y a los demás. A valorar cada momento y cada situación. A decir «no» cuando los demás querían que fuese «sí». A hacer respetar mis opiniones y mis decisiones. A realizar mis deseos sin preocuparme lo que piensen los demás. A dar valor a mi vida».
-Terapeuta: -«¿Qué sentido tiene ahora para ti la vida?
-Daniela: -«En la actualidad, todo en la vida tiene sentido para mí. Me valoro en primer lugar, siempre por encima de todo y de todos. Ayudo a todo el que me necesita, pero primero me ayudo yo. Yo soy primera persona, ése es mi lugar, sin llevarme lo que me quieran dar los demás. Antes yo no me quería, y ahora me priorizo a mí misma. Si yo no estoy bien no puedo tratar y ayudar a las demás personas».
«La finalidad de la Resiliencia es enfatizar los aprendizajes positivos de los sucesos principales de una persona alrededor de su vida. Es necesario elaborar de forma consciente y positiva cada una de estas situaciones dolorosas, sus reflexiones y conclusiones que conduce a la persona a poder comprender «qué y cómo le ha pasado». De esta manera se permite que la persona pueda encontrar un significado vital más positivo. Es decir, una motivación y sentido auténtico a su propia vida».
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